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Cuando brillar duele

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Lo diferente fascina y asusta; nos atrae y pone nerviosos al mismo tiempo. Lo diferente tiene el soplo del aire fresco, pero al mismo tiempo nos genera incomodidad, porque nos cuestiona nuestros esquemas mentales… ¡nos pone a prueba!!

diferente
Image courtesy of podpad at FreeDigitalPhotos.net

 

Pasamos de la fascinación y la novedad, al ¿miedo? a lo desconocido,… No nos han enseñado a convivir con lo diferente, un diferente que es mucho más común que lo ¿normal? ¿Qué es lo normal?

Hay un molde para establecer lo que es correcto, lo que es definido como un ideal (¿para quién? no se sabe… pero sobrevuela sobre nosotros)… y parece que debemos entrar en el molde. Un molde que es estrecho, que es incómodo, que en realidad ¿pocos? ¿casi nadie? se ajusta al mismo, pero donde consciente o inconscientemente tratamos de ajustarnos de alguna manera…

Y ¡ahí es donde surgen tantos y tantos problemas!!! Porque, ¿qué supone ser la ficha negra en un tablero de fichas blancas?

La ficha negra, en principio no es ni buena ni mala, simplemente diferente. Pero por ese diferente, siente que no encaja… ¡el sistema está pensado para fichas blancas!!! La ficha negra trata de ajustarse al molde… como esos juegos de niños, donde las manos regordetas tratan de introducir la ficha cuadrada en el agujero redondo, y por más que lo intente no puede… y se siente frustrada… y a veces (demasiadas) veces, incluso empieza a creer que ser una ficha negra es malo…

Porque ser una ficha negra no es fácil… Y es que a la ficha negra se le dice que no debe ser ni demasiado extrovertida o espontánea (“es que siempre quiere llamar la atención” o incluso “molesta”), ni demasiado introvertida-reflexiva (“es un poco rara, siempre metida en su mundo”). Se le anima a ser creativa, pero cuando en sus dibujos e historias habla de mundos imaginarios y realidades alternativas, se le dice que es fantasiosa, y que debe dibujar cosas que ve a su alrededor. Por contra, a la ficha que dibuja casas… bonitas, pero siempre casas… se le dice que no ejercita su creatividad, que se atreva a explorar.

Por otra parte, a la ficha negra se le anima a aportar ideas… pero resulta que cuando las aporta… se le acaba diciendo que eso es imposible de aplicar… es que aquí siempre se han hecho las cosas de otra manera….

Y es que no creáis que estar dentro del molde es fácil… no se puede sobresalir ni por arriba ni por abajo. Por arriba, porque la envidia (deporte nacional) se encargará de cortarte la cabeza… ¡a ver quién te has creído tú que eres! O vuelas realmente alto… o…

Vuela amigo, vuela alto
no seas gaviota en el mar
La gente tira a matar
cuando volamos muy bajo

Pero tampoco por debajo… porque enseguida se te ridiculizará  y se te marginará…

La pobre ficha negra llega un momento en que no sabe ni quien es, y trata de escondersemimetizarse con el entorno… le encantaría a veces ser invisible (ser siempre la que “da la nota” es muy cansado), otras veces tener la habilidad de la iguana. Y a veces cree conseguirlo… resulta que a fuerza de no mostrarse, a fuerza de intentar bajar el brillo de su luz para igualarlo a ese molde… a veces vive en la fantasía de haber logrado ser una ficha blanca… pero en su interior se siente una falsa… ella sabe que es una ficha negra. Que tiene otras cosas que ofrecer a la vida… no se si mejores o peores… pero diferentes… y aunque ignora esa vocecilla, las emociones le avisan… y surge la tristeza, el enfado, la amargura,… la ansiedad…

Y a veces sale ese enfado… y tampoco su entorno lo entiende… ¿pero qué le pasa a esta ficha?

Y es que cuando por momentos actúa como ficha negra, es cuando siente que realmente fluye. Se siente ¿libre? ¿plena? ¿viva?  pero otra vez recuerda, porque alguien se preocupa por recordárselo… alma bien intencionada… que no encaja… que quién se piensa que es, que el juego del tablero está pensado para las fichas blancas…

Y esa mezcla entre envidia y miedo, entre ¡tú quien te crees que eres! y fascinación que atisba a su alrededor, le recuerdan ese molde en el que no encaja… ese molde que tanto sufrimiento produce… y del que aunque neguemos la mayor… inconscientemente una y otra vez tratamos de adaptarnos.

Y claro que se puede salir, y brillar como ficha negra… hay muchos ejemplos… pero nadie dijo que fuera fácil. Y es que se requiere

de una gran fuerza interior y determinación, algo que grita dentro de ti más que las voces de tu alrededor

de un apoyo, de alguien que te demuestre que está bien ser ficha negra

o “desesperación”, o el sentir que en otro lugar no hay esperanza, no hay futuro, no hay nada…

Y como la ficha negra de vez en cuando necesita que le recuerden que está bien ser ficha negra…. simplemente un par de ideas…

La obra de Vincent van Gogh, “Autorretrato con la oreja vendada”, se vendió en a finales de los 90, por la escalofriante cifra de 90 millones de dólares.  En vida pasó grandes penurias y murió totalmente arruinado. El también pintor Camile Pissarro dijo de él Este hombre o se vuelve loco o nos deja a todos atrás”.

“Todo el mundo es un genio. Pero si juzgas a un pez por su habilidad para escalar un árbol, creerá toda su vida que es un estúpido” Albert Einstein.

El patito feo nació creyéndose menos porque un cisne es distinto a un pato…

Y por último…

Tal vez no seas ni un genio como Vincent van Gogh, ni Einstein, ni ninguno de los personajes del video… pero si en algún momento te has sentido ficha negra, recuerda que es tu diferencia la que realmente te hace especial, y de ahí surge la fuerza que tienes como persona. Nadie dijo que fuera fácil… pero ¿no es acaso a ti mismo a quien debes ser fiel, a quien debes respetar… pues es la persona que te va a acompañar y con la que tienes que convivir toda la vida? Te invito a descubrirla y a reconocerla… ¿te animas?

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