En las diferentes empresas en las que trabajo, me encuentro con profesionales que saben mucho, muchísimo de lo suyo. Son grandes especialistas que han acumulado conocimiento y experiencia.
Evidentemente, cualquier persona que acumula ese conocimiento y experiencia es un valor apreciado, pero no todos son igualmente apreciados. Pero, ¿qué marca la gran diferencia? ¿qué hace que un profesional se considere un valor importante para la empresa?¿por qué unos destacan más que otros?
Pues entre otras cosas, en cómo usan ese conocimiento. Mientras hay personas que guardan principalmente para sí ese conocimiento, y lo usan para hacer un buen muy buen trabajo individual, hay otros que además, lo utilizan para señalar puntos de mejora, hacer propuestas,… y facilitar la toma de decisiones en sus equipos y/o con sus responsables.
Es decir, ponen a trabajar todo ese conocimiento acumulado (el conocimiento técnico + el conocimiento que sólo se puede tener cuando se está en contacto, en 1ª línea con una determinada situación) y le sacan chispas ayudando al equipo y/o a la empresa a mejorar y avanzar.
No olvidemos que la toma de decisiones es en las organizaciones es lo que permite tener una vida activa y saludable, algo tan valioso como una buena circulación en nuestro cuerpo. Sin decisiones ágiles, los temas se atascan,… generamos problemas y frustración (sobre todo en la gente más valiosa, esa que hace…) donde no había… y ¡cuidado, peligro!
La realidad tras esta observación
No me gustaría tampoco caer en el simplismo, y que pareciera que sólo se trata de actitud, y de que los últimos son personas «que saben jugar en equipo» y los primeros lobos solitarios «egoistas» que no quieren aportar.
Sabiendo que los extremos también haberlos haylos (y trabajo con una hipótesis bastante contrastada que dice que mucha de la gente con «mala actitud – rebotada» son personas que muchas veces han dado mucho y en algún momento se han sentido muy dolidos por algo que ha pasado – ¡ojo! a su modo de ver… habría que analizar cómo fue objetivamente… pero esto sería otro post), me gustaría ampliar la mirada y abrir el abanico de colores del arcoiris.
La mayoría de las veces me encuentro con personas que están en un punto medio. Me encuentro con muchas personas que aportan… pero saben que pueden aportar mucho más… aunque no aciertan a cómo hacerlo.
Evidentemente, en función de que la percepción de las aportaciones recibidas se encuentran más a la derecha (aporto mucho y de valor) o izquierda (no se percibe que aporto demasiado valor) en este continuum, el nivel de frustración de la persona, de sus compañeros y su responsable es mayor o menor, lo cual también puede tener otras consecuencias.
No es menos cierto, que en esta ecuación también hay que introducir un elemento importante, y es la receptividad y la capacidad de escucha del oyente (la comunicación es cosa de dos), que en muchas ocasiones tampoco ayuda (pero también dejaré para otro post entrar en este lado de la ecuación).
Otro tipo de situaciones que me encuentro relacionado con todo esto: se observa una situación de atasco…. que ha creado a su vez diferentes fuegos… y en mitad del fuego cruzado (ya sólo vemos urgencias y problemas… el origen sigue oculto, a la espera de ser atendido), personas cruzándose miradas: los que están en primera línea miran a la dirección esperando una decisión y una dirección (y puede estar muy comprometida e implicada) ajena a la realidad de que esa decisión está en espera de ser tomada supuestamente por ellos (desconocen el detalle necesario… vuelvo a decir… el conocimiento que da el estar en 1ª línea).
Entonces nos planteamos… ¿cómo ayudar entonces a esas personas a dar ese paso más?¿Cómo ayudar a plantear eso que tienen en la cabeza para que se escuche con el verdadero valor que pueden aportar? ¿Cómo ayudarles a pasar de «señalar» una situación/problema, a plantearlo de manera que nos ponga en el camino a su resolución y/o toma de decisiones que puede requerir?
La buena noticia en todo esto, es que como siempre, cuando esta situación no viene del «no querer aportar» (más de un 90% de los casos) y además, existe cierto grado de frustración (dolor) en la persona, cuando se le ayuda a aclarar, ordenar y presentar esas ideas con una intención determinada… la cosa suele ir muy bien. Bien para la empresa/equipo, bien para la persona que ve cómo por fin es capaz de mostrar ese potencial que ha estado oculto, a la espera.
Algunas claves para presentar ideas con impacto y facilitar la toma de decisiones
- Seamos sinceros, a veces somos buenos improvisando… pero mucho más cuando hemos preparado bien lo que queremos decir. En nuestra cabeza todo suele sonar fenomenal…. pero cuando empezamos a aterrizar las ideas, muchas veces nos damos cuenta que no lo teníamos tan claro como pensábamos, o teniéndolo claro, está en ese lenguaje encriptado no apto para nadie más que nosotros: una mezcla de datos, suposiciones, emociones, sugerencias, lagunas rellenadas con ideas que sirven de «pegamento»,…
- Por tanto, pongamos orden y pensemos:
- ¿Qué quiero contar? ¿A quién? ¿Para qué?
- ¿Por qué es importante para mi contar esto?
- ¿Qué quiero que pase con lo que voy a contar? ¿A quién beneficia?¿Cómo puedo favorecer que ocurra lo que deseo? [Nota mental: lo que no depende de mi, no depende y no puedo controlarlo… pero sí puedo tratar de favorecer las condiciones para influir sobre lo que vaya a ocurrir]
- ¿Cuál es la parte que más le importa a quien se lo voy a contar? ¿Qué conoce y qué no conoce de lo que voy a contar? ¿Seguro? ¿Qué consecuencias tiene mantener esta situación a día de hoy? ¿Y a medio- largo plazo? ¿A quién beneficiaría la situación si se mantuviera?
- ¿Qué otras realidades posibles podríamos plantear? ¿Qué haría falta para que esas realidades se materializaran?¿Qué consecuencias tendría?¿A quién beneficiaría?
Nota: todavía no me he puesto a pensar lo que voy a decir…. el mensaje concreto. Estoy aclarando objetivo y estructurando ideas para que estas descubran todo el potencial que escondían. Suele ser una fase creativa que acabamos concretando en ideas muy concretas.
- Ahora sí, empiezo a pensar qué y cómo lo voy a contar. En este punto, yo insisto mucho en buscar el punto de arranque: la conversación estará condicionada por cómo inicias y en qué grado de nivel de calidad/nivel intelectual / profundidad arrancas la conversación.
Me explico, mi experiencia me dice que los inicios tienen que ser claros y retadores. Si empiezo con ideas diluidas, ni te entienden ni enganchas, por lo que se le puede dar la vuelta, pero el esfuerzo, la inversión de energía que tienes que hacer simplemente para levantar el nivel… te deja sin energía para lo importante: plantear, resolver aquello que te preocupa.
Y por supuesto, presentar una estructura lógica que ayude avanzar a tus interlocutores en el proceso de:- entender por qué y para qué planteas el tema. El análisis cuantitativo y cualitativo de la situación + empatizar con las personas en relación al problema/potencial solución,
- explorar alternativas posibles, implicaciones, consecuencias,… mediante un análisis de escenarios
- ayudar a identificar los puntos de decisión, su trascendencia, y consecuencias… para poder implementarlas
- Cuando hemos conseguido un mensaje claro y potente, y una estructura que facilita el pensamiento lógico, además de claridad en la cabeza, conseguimos un efecto emocional potentísimo: seguridad en nosotros mismos… aquella que nos faltaba hasta ahora para presentar ideas, plantear temas importantes,…
- Ahora sólo nos queda buscar el momento para plantear en el grupo o a la persona que corresponda, qué debe ser atendido y cómo se puede avanzar. Es decir, facilitar la toma de decisiones para seguir avanzando.
¿Cómo te puedo ayudar a presentar ideas con impacto y facilitar la toma de decisiones?
De muy variadas formas, trabajando la comunicación a nivel grupal o individualmente. Dentro de un proceso más completo, donde comunicar con claridad e impacto es una competencia que nos ayuda a alcanzar nuestros objetivos , o preparando una presentación o una conversación puntual.
Nos reuniremos para aclarar las ideas, el marco, incluso el core del mensaje. Y a partir de ahí, normalmente trabajamos en remoto sobre un documento concreto. Documentos con versión 1, 2, 3…. (en 5 ó 6 puede estar la media… pero claro, depende de cada caso) en la que vamos aterrizando las ideas.
Para terminar con la puesta en escena, porque entrenamos también cómo materializarlo. Cómo hacer esa presentación, cómo mantener esa conversación.
El contenido de lo que hay que hablar, tú eres el experto. Pero yo te ayudo en buscar la claridad y el impacto. En subir el nivel de exigencia y calidad de la misma, pero hacerlo con cercanía y tendiendo puentes hacia quien te escucha. No buscaremos en ningún caso un monólogo, sino conversaciones fértiles donde podamos avanzar. Y sobre todo, te ayudo a encontrar la confianza que te hace falta para hacerlo.
El resultado suele ser muy bueno y satisfactorio. Ese es uno de esos momentos en los que ves brillar a las personas. Lo ves en sus miradas
Espero que este post te haya sido de utilidad. ¡Que tengas un gran día!!
La entrada ¿Cómo facilitar la toma de decisiones? aparece primero en OAZ Coaching para el cambio - Olaia Agirre.