¿Cuántas veces has querido tener o alcanzar algo…un objetivo… y cuando has visto lo que tenías que hacer para lograrlo lo has dejado?
Nos gustan las luces de los logros, el brillo de lo que creemos conseguiríamos con tal o cual cosa… lo que llegaríamos a ser, la imagen que proyectaríamos o lo que los demás pensarían o dirían de nosotros, lo que a su vez nos permitiría lograr….
Siempre “en casa del vecino” las cosas parecen más fáciles, como si un golpe de suerte le hubiera tocado con la varita mágica… como si en el reparto de capacidades, talentos y sentido de la oportunidad hubiese sido agraciado con una dosis extra.
Pero detrás de los logros hay trabajo, constancia, esfuerzo… unido a sueños, querer llegar más lejos, asumir riesgos.
Ayudo a las personas (de manera individual y en equipo) a dar pasos, reflexionar, diseñar e implementar estrategias para alcanzar sus objetivos. Objetivos de muy diversa índole. Cada proceso es distinto, cada objetivo es distinto, y sobre todo, cada persona es distinta.
Nunca una misma llave abre de la misma manera dos puertas… porque aunque aparenten iguales… nunca la situación es la misma, ni los mimbres que la componen lo hacen de la misma manera.
Pero repasando los distintos procesos, las distintas personas y los distintos objetivos alcanzados, sí me atrevo a afirmar que tras los logros, hay una serie de aspectos en común:
- Todos tenían un objetivo claro y con sentido para ellos. Un propósito que en más de una ocasión, les ha servido para enfrentarse a esas situaciones-momentos-emociones más incómodas.
- Todos habían detectado sus fortalezas, capacidades y recursos disponibles, y las habían puesto a trabajar. No hay una única forma de hacer las cosas, cada cual debe encontrar SU manera de hacerlo.
- Todos han encontrado obstáculos en el camino… obstáculos materiales (vivimos en un mundo finito) pero sobre todo inmateriales en forma de resistencias, miedos, inseguridades,…propios y ajenos… pero han sido capaz de ponerlos sobre la mesa y enfrentarse a ellos… buscando el momento adecuado, con las fuerzas adecuadas, … buscando alternativas posibles.
- A lo largo del proceso se ha tenido la flexibilidad de redefinir (en los casos que procedía) el objetivo. El propósito se mantiene, pero a veces en el camino, con más información, con más experiencia,… el objetivo simplemente se transforma, se define mejor. La humildad de reconocer que no tenemos todas las respuestas junto con el deseo de llegar a cotas altas, a cotas de excelencia, permite la flexibilidad necesaria para detectar, reconocer y redefinir el camino y el punto de llegada.
- Reflexionan…. ¡y toman decisiones! Decisiones que se llevan a la práctica, a la acción. Porque ni la parálisis por análisis logra que llegues lejos ni la acción y la potencia sin cabeza lleva a nadie muy lejos. El justo equilibrio entre cabeza, emoción y acción es la que permite avanzar.
- Aprenden… aprenden del proceso, de lo que funciona y de lo que no funciona. Porque entienden que tan importante es disfrutar y aprovechar las múltiples oportunidades que ofrece el propio camino, como el llegar. Y entienden, que aunque en nuestra cabeza el camino suele ser lineal, la realidad tiene sus altos y sus bajos, caminos que llevan a algún sitio y otros, que a veces, son caminos sin salida pero que no pasa por retroceder para volver a encontrar el sendero correcto. ¡No hay camino inútil si de la experiencia sacamos provecho!
- Se responsabilizan, son protagonistas de sus vidas y no buscan que llegue el gran salvador, y pasito a pasito van creando el contexto adecuado para que las probabilidades de que ocurra aquello que desean ¡aumente! La suerte depende de ellos, y se consideran personas con muuuchhhaaaa suerte. O te mojas, ¡o no hay recompensa!
- Y por último… ¡constancia! Porque todo camino empieza con un primer paso…pero no se llega hasta haber recorrido todo el camino… y para ello requerimos de fuerza de voluntad, de buscar apoyos para esprintar cuando hay fuerzas y buscar quien nos ayude a seguir avanzandocuando las fuerzas flaquean… y ay….¡no conozco a nadie que en un momento dado no necesite de un hombro en el que apoyarse, alguien con quien compartir algunas ideas que no acaban de coger forma en su cabeza, o simplemente… desahogarse!
Quieres seguir soñando y suspirando… o conseguirlo?
Pues una última reflexión…
Si quieres, yo te puedo ayudar en ese camino.
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