La mitad del proceso, ese viaje entre lo que ya no es y lo que será pero aún no es, es siempre confuso.
Hay cosas que han quedado atrás o lo están haciendo. Nos aportan la seguridad de lo conocido…. añoramos esa sensación.
Lo nuevo está emergiendo, pero como todo lo nuevo es sutil y frágil (no débil)… y no siempre se ve claramente, aunque encierre un gran potencial.
En ese lugar, la incertidumbre y vulnerabilidad van de la mano… pero también la otra cara de la moneda: ilusión, esperanza, confianza y coraje.
¿Hacia dónde inclinaremos la balanza?
Por eso es clave sostener:Ayudar a aceptar lo que no puede ser, avanzar en lo que sí puede ser cambiado… y dar el espacio necesario a las emociones.
Normalizar, dejar salir…
a los miedos, la ansiedad,… una vez expresados bajan de intensidad... y si resulta que son fundados, hagamos una gestión adecuada de los riesgos
Pero también a la ilusión, la valentía y el coraje… fuerzas impulsoras que nos llevan a que, aun no teniendo certezas, nos abrimos a la posibilidad de lo que sí puede ser.
Podemos inclinar la balanza en ese pulso interior. Fuerza creadora y puerta a un mundo de posibilidades.
Porque dar pasos es esencial para avanzar… pero cómo se dan esos pasos, la fuerza (o ausencia de ella) es la que marca una gran diferencia.
Una idea con la que iniciábamos el libro «El reto de liderar equipos de innovación en pymes»:
Se dice que innovan las empresas y las organizaciones, pero la chispa que produce el cambio es la inquietud, la motivación y la perseverancia de las personas, que son quienes activan dicha innovación y contribuyen a que esto ocurra de alguna manera.
Extracto del libro «El reto de liderar equipos de innovación en pymes»
Y esos cómos son lo que marcan LA GRAN DIFERENCIA.
Y en esos cómos, y en los acompañamientos, ahí se descubre el valor de un buen liderazgo.
Foto: Foto de Marcelo Moreira en Pexels
La entrada Ese viaje entre lo que ya no es y lo que será pero aún no es aparece primero en OAZ Coaching para el cambio - Olaia Agirre.